Retención del agua: Las cubiertas ajardinadas son capaces de retener hasta el 90% de la precipitación. Una gran parte de esta agua es devuelta a la atmósfera, el resto fluye de forma retardada a los sistemas de desagüe. Así se puede disminuir la dimensión de los conductos y a la vez se reducen costes de desagüe.
Mejora del clima urbano: Las cubiertas ajardinadas reducen el calentamiento atmosférico y humedecen el ambiente urbano creando así un clima más agradable.
Reducción de la contaminación: Las cubiertas ajardinadas tienen un efecto de filtro para el aire, reduciendo así substancialmente la contaminación de polvo y aerosoles. Así contribuyen a reducir elementos tóxicos en la atmósfera. El substrato a su vez filtra el agua de la lluvia, de modo que las cubiertas ajardinadas ayudan a reducir la carga del agua con sustancias nocivas.
Mejor protección contra el ruido: Las cubiertas ajardinadas reducen la reflexión sonora hasta 3 dB y son capaces de mejorar la insonorización hasta 8 dB. Así, son ideales para edificios rodeados de focos ruidosos.
Bono Regalo: Si busca un regalo para un cumpleaños, posiblemente no encuentre nada tan original como un certificado de un metro cuadrado de macetas para crear azoteas verdes, que compensa todas sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) anuales. Sería como regalarle el equivalente a la estancia en una clínica para que se someta a una cura de desintoxicación parcial por sus efectos negativos sobre el medio ambiente.
Ventajas: Sin molestia alguna, sólo con aporte económico.